popstrap.com Los Viajes de Dylan: Mi experiencia por Lisboa y sus alrededores

14/9/16

Mi experiencia por Lisboa y sus alrededores





Como no, no podía faltar este verano un viajecito con la "mia mamma" ¿dónde? ni más ni menos que a Lisboa pasando también por Óbidos, Sintra y Cascais. ¿Qué decir de Lisboa? pues, es una ciudad que sufrió un terremoto en 1755, debastó toda la ciudad y se levantó de los escombros, también sufrió un grave incendio en 1988 el barrio romántico de Chiado. Es una ciudad que caracterizada por ese olor típico de Portugal (no se si os pasa pero hay lugares que huelen diferente, Portugal me huele a sardinas, mar y viejo, así de primeras puedes pensar en un mal olor, pero como me evoca buenos recuerdos de cuando era pequeña le tengo mucho cariño al olor portugues). La ciudad se caracteriza  también por una gran cantidad de palomas (si, una se me cagó encima), están por todos lados e incluso me atrevo a decir a que hay más que en Cádiz.

Este año hemos probado otro tipo de alojamiento, el de apartamento, con la suerte que ha resultado ser un aparthotel por lo que tiene todas las comodidades de un hotel (recepción 24h, champúes, limpieza...) y las de un apartamento (realmente la única diferencia que he notado es que había cocina por lo que hemos podido ahorrarnos algunas cenas y todos los desayunos). El apartamento estaba en una localización excelente, en Chiado, sin duda los recomiendo "Arty flats".

El primer día llegamos a medio día, hicieron falta cuatro o cinco vueltas a la rotonda donde se encuentra la estatua del Marqués de Pombal para conseguir llegar al Parking, ahí va el primer consejo: contratar servicio de parking antes de llegar ya que en el centro hay pocos parkings y los que hay son muy caros. 


En la primera vuelta de reconocimiento bajamos por la Rua da Misericordia donde hay unas tiendas de alto standing, con ropas, muebles y cuadros muy originales (y caros). Llegamos a la Plaça do Comércio donde se puede ver al Cristo Rei al otro lado del río Tajo. Una de las cosas que debes hacer si o si en Lisboa es callejear, cada calle y edificio es diferente, debido en parte a los azulejos en las fachadas, parece que ninguna se repite. La estación de trenes Rossio es de los edificios que más me han gustado, muy bien cuidada por fuera y muy moderna y nueva por dentro. Esta sigue el estilo Manuelino, que se caracteriza por la presencia de elementos de la naturaleza, de cartografía y de navegación en las fachadas. Puedes encontrar muchos edificios por Portugal que siguen esta corriente.


Como toda gran ciudad que se precie hoy día, tiene que tener un edificio más novedoso y moderno, en Lisboa es el Centro de artes y tecnologías que de momento se encuentra en construcción. Hay más edificios modernos pero están más en la periferia, este nuevo centro se encuentra justo a la ribera del río. 


En cuanto a gastronomía, Portugal tiene muchas semejanzas con España en cuestión de chacinas o platos de pescado pero también tiene muchos platos típicos que no te puede ir de allí sin probar, como el bacalao dorado, las sardinas asadas o el frango asado (pollo). Recomiendo visitar el mercado Ribeira, consta de dos zonas, el mercado tradicional donde puedes comprar alimentos por la mañana, y una zona de restauración "Time Out Market", hay muchísimos stands de diferentes comidas, lo bueno es que si vas en grupo, cada uno puede pedir donde quiera ya que las mesas son comunes a todos los stands.


Uno de los inconvenientes con los que nos hemos topado en Lisboa es con la cantidad de obras que hay. No solo obras en la vía y en viviendas, sino obras de restauración como por ejemplo en el monumento de los descubridores, una pena no haberlo visto sin los andamios porque hubiera sido impresionante, hasta diciembre de 2016 no acaban las obras (supuestamente). Otro contra que tienen las obras es el tema de los transportes, que en general están fatal, coges un tranvía y te dejan a mitad de la ruta sin decirte que no llega hasta el final o directamente nunca llegan los tranvías, yo lo achaco a que hay obras pero a saber si será por eso, no dan explicaciones ningunas. Hemos ido la mayoría del tiempo andando incluso con el calor que hacia (nos pilló una ola de calor). Se puede ir a la mayoría de los sitios andando sin problema, no se hace largo ni tedioso, si es verdad que a veces necesitas un autobús o un tranvía por lo que lo más económico es comprar la tarjeta Viagem (cuesta 50 céntimos) y puedes recargarla con el dinero que necesites.

Respecto a los portugueses, en general, son muy amables y muy muy muy tranquilos, sobre todo a la hora de atenderte en un bar, dos de cada tres camareros se lo toman con mucha calma. ¡Ojo querido consumidor! casi todos te traen sin tu pedirlo pan, aceitunas, queso, patés, mantequillas y empanadas de bacalao, ¡y te las cobran! puede llegar a subirte 7 euros la cuenta por lo que cuando os lo traigan debes decirles que se lo lleven de vuelta y luego revisar bien la cuenta. 

Si tenéis pensado hacer un día de ciencia es 100% recomendable el Oceanário, si es verdad que me daba un poco de pena ver tantos animales encerrados pero bueno, si me pongo a pensar, saco puntos positivos como que ahí están algo protegidos de nosotros los humanos, sirven para ser estudiados y saben como se encuentran en cada momento, además sirven para crear conciencia entre los mas peques, gracias a los paneles interactivos que hay. También es muy recomendable visitar la estufa fría, en el parque Eduardo VII, cerca de Marqués de Pombal, es el invernadero más bonito que he visto nunca, está muy bien cuidado y tienen especies de muchos lugares, sin embargo el jardín botánico no merece tanto la pena, le falta cuidado. 

Lisboa también se caracteriza por tener unas muy buenas vistas panorámicas, hay muchos miradores, los mas top para mí son las vistas desde el Santuario Nacional de Cristo Rei, quizás un poco caro subir ya que tienes que gastar dinero en un barco para cruzar el rio, un autobús que te suba al mirador y luego pagar para poder subir arriba del cristo. Otra buena vista es desde el Castelo de S.Jorge (la entrada incluye visita del castillo, las ruinas y el mirador) o desde el Miradouro da Graçia que es gratuito. También esta el famoso mirador elevador de Santa Clara al cual no subimos porque siempre había mucha gente en la cola y no creímos que mereciese la pena habiendo ido ya a otros miradores. 


Un imprescindible de Lisboa es la conocida Torre de Belém, nosotras llegamos a ella paseando por el paseo que hay junto al río Tajo, una alternativa al bus o el tranvía. Cuando llegamos tuvimos la mala suerte de que era lunes y estaba cerrado, por lo que no pudimos verla por dentro pero ya solo por fuera merece mucho la pena. Por allí se encuentra también el monasterio de los Jerónimos, que también estaba cerrado pero por fuera es enorme y bonito. En el barrio de Belém es donde se encuentra la pastelería tradicional donde se crearon los pastelitos de Belém, toda una obra maestra culinaria.

En general, me esperaba más de Lisboa, creo que es porque todo el mundo me ha hablado muy bien de ella, pero me ha parecido como cualquier otra capital europea, quizás me cansó un poco la gran cantidad de turistas que había, igual si hubiese ido en otra fecha me hubiese dado otra impresión. La ciudad la puedes ver en dos o tres días y como a nosotras nos sobraban dos, decidimos hacer dos excursiones las cuales recomiendo muchísimo, sobre todo a Óbidos, un pueblo medieval rodeado por una muralla muy bien conservada por la que puedes caminar, da un poco de vértigo, de hecho nosotras no la terminamos de recorrer. De ese pueblo es típico el licor de cereza, lo sirven en vasitos de chocolate, muy rico y bueno para después de un buen almuerzo. Hasta Óvidos puedes ir en bus que se coge Campo Grande, no hace falta contratar una excursión.

La otra excursión que recomiendo es Sintra, para ver la Quinta da Regaleira y el Palacio da Pena, son preciosos. Personalmente recomiendo echar la mañana en uno y la tarde en otro, ambos cuentan con unos jardines enormes y preciosos en los que perderte. Nosotras contratamos una excursión con guía que nos llevo a más sitio como Estoril, Cascais y el Cabo da Roca (quizás no merezcan tanto la pena con respecto a los lugares mencionados), por ver esos sitios perdimos algo de tiempo que me hubiese gustado invertirlos en los jardines.

En este viaje a Portugal me he enterado de que los bomberos en Portugal son voluntarios (a parte de profesionales), trabajan por y para los ciudadanos de forma gratuita, cuentan pocos recursos pero dan lo que pueden de ellos mismos. Me parece una idea muy bonita, para los portugueses, ellos son verdaderos héroes.

¿Volveré? En un corto plazo no creo, pero a largo plazo igual sea un punto de paso, ahora mismo de Portugal me interesa más la zona del norte que nunca he visto. Oporto quizás nos espere.




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