popstrap.com Los Viajes de Dylan: marzo 2018

26/3/18

Anda mira... una serpiente!



Una nueva entrada ha llegado a su dispositivo electrónico! Hace unos días se cumplía mi mes aniversario en Commonwealth of Australia, dos meses aquí y que mejor forma de celebrarlo que con un road trip, la verdad es que siempre estamos buscando cualquier excusa para celebrar algo (para que mentirnos). En esta ocasión contábamos con Yoli (Canaria, informática, montañera y la mar de apañada), Julieta (Valenciana, Fashion Designer, Artista en genera) y Daniela (Colombiana, abogada, primera vez que viajaba con nosotras, esperemos que no se haya asustado mucho). María en esta ocasión no pudo acompañarnos pero la tuvimos muy presente.


Cuatro chicas, un coche estupendo, dos tiendas de campañas y mucha comida y vino. Una servidora empezó el viaje como conductora y con Yoli de copiloto, todo iba de maravilla, nada podía salir mal a 10 min de llegar a nuestro primer destino pero se trata de nosotras así que puestas a perderse mejor hacerlo por unas minas al aire libre donde no corrimos mucho peligro pero la estampa era un cuadro, ese momento en el que dos camiones de minas (como los que salen en DMAX) grandes como tres coches en paralelo a lo ancho y a lo largo se cruzan con nosotras, lo mejor fue el actuar con naturalidad. Una vez solventamos esa pequeña perdida, llegamos a Killalea Beach, una reserva natural para surferos. Se me antojó hacer surf y a base de preguntar donde podía alquilar una tabla conseguí que una chica me dejase la suya, disfruté como una enana. Me conseguí levantar en la primera ola y en unas cuantas más, eso sí, me quedé en la orillita porque la tabla no tenía invento y claro suponía un peligro dejarla suelta, todo iba a pedir de milhouse hasta que en una de las caídas me hice daño en la rodilla.

Una vez comimos, paseamos y disfrutamos de la primera playa, fuimos a explorar Jones Beach donde se encontraba The Cathedral Rock, una zona de roca volcánica. Estuvimos de paseo, fotografía y poco más. Se acercaba la noche y eso suponía montar el campamento, tras una inspección por aquella playa encontramos un sitio perfecto para acampar, lamentablemente decidimos no acampar porque parecía que iba a llover, al fin y al cabo dormir en el coche tampoco está tan mal, además, después de una clase de yoga la espalda se puede adaptar a todos los recovecos de un coche. Cena, vinos y charla en el playground del barrio, no hubiéramos encontrado un sitio mejor. 


Los dolores de rodilla me despertaron cada dos o tres horas pero pude aprovechar para ver el cielo lleno de estrellas y disfrutar de la salida del sol. Hay colores y sensaciones a veces indescriptibles, esa mañana fue uno de esos momentos que no sabes como explicar, solo notar como puedes levitar (stop momento intensita). Una vez todas estábamos activas partimos hacia un supermercado, el Coles para variar y ya de paso una vuelta por el Kmart, una visita nunca está de más. Nuestro próximo destino fue el Minnamurra Rainforest National Park, forma parte de Budderoo National Park. Ha sido por lo único que hemos pagado (a parte del coche y la comida), por tan solo los 12$ del parking puedes disfrutar de “The Falls Walk”, una ruta por una selva llena de animales salvajes y cascadas. Tuvimos la suerte de ver una serpiente, pavos salvajes y algún que otro hongo encantador. La cascada más grande supuestamente estaba cerrada por obras pero pudimos acercarnos a hacernos alguna foto. 



Tras un par de horas caminando tocaba comer y descansar en otra playa, Bombo Beach. Fue una breve pausa ya que antes de las 14:44 había que estar en el Blowhole de Kiama, básicamente es un orificio en la roca por el que sale agua en función de como este la marea. Estaba a tan solo siete minutos en coche pero cuando llegamos no es que estuviese en su momento más épico. Echamos un ratito explorando las rocas y haciendo alguna que otra foto, dimos un breve paseo por el pueblo y viendo que la lluvia estaba cada vez más cerca tomamos la decisión de volver. A la vuelta teníamos a una magnífica conductora, Julieta, pero a la hora de dar directrices no nos entendimos muy bien y tomamos el camino más largo, como todo en esta vida, si estas acompañada de música no pasa nada. 

En general han sido dos días de organización e improvisación, días bastante exprimidos y disfrutados. Una desconexión al mes con este tipo de viajes nunca viene mal. Gracias a ellas y gracias al universo por este fin de semana. 



5/3/18

The more money you have, the more dirty you are



Buenas colegas! He sobrevivido una semana más en Sydney, digo sobrevivido porque vivir aquí es como estar jugando a una gymkhana constantemente. Alguien me dijo que las semanas aquí parecen meses y a día de hoy le doy toda la razón. Todas las cosas que te pueden llegar a pasar en uno o dos meses, aquí las puedes llegar a vivir en una sola semana. Mi semana comenzó el domingo (como los ingleses) cuando volvimos de Jervis Bay, me tocó dejar el coche, pude con ello y con sobresaliente. Ese mismo día hice la mudanza al cuarto de arriba, con un maravilloso cuarto de baño propio y una estupenda terraza y además más barato! La mañana fue de maleta para arriba, bolsas para arriba, lámpara de piña… Con mi cambio de cuarto llegó Jack, un Aussie, que para ser de aquí, se le entiende súper bien y además toca la guitarra! Art y yo fuimos al Kmart (como el  Primark de aquí) y tomamos prestado un carrito, una cosa muy sencilla de hacer en España, aquí es complicado porque si sales del centro comercial el carro bloquea la rueda y no te lo puedes llevar, lo que pasa es que los ingenieros de estos carritos muy espabilados no fueron porque se bloquean si los empujas normal hacia delante pero si les das la vuelta y tiras de ellos te lo puedes llevar con toda tranquilidad y normalidad. 

El lunes fue normal, de clases, compras para la nueva room y poco más. El martes sí fue más especial, tenía cita con una doctora de la UTS (Universidad de Sydney), ella trabaja con microalgas y corales, total que me ha adoptado y va a ser mi supervisora en un master of research, en julio si todo va bien, empiezo. Desde el martes hasta ahora y hasta a saber cuando voy a estar de papeleos… un quebradero de cabeza, pero sé que va a merecer la pena,  llorando de emoción con los laboratorios. El miércoles dentro de lo que cabe fue normal, la noticia que peor llevamos fue que Mr. Cho está vendiendo la casa.


El jueves fui a limpiar un apartamento que estaba en un edificio de la city, en la planta 19. Menudas vistas tenía el señor en la casa, por vistas como esas merece la pena hacer este tipo de trabajos. Por la noche celebramos el día de Andalucía con una buena ensaladilla rusa, cerveza, música y amigos en la azotea. 

Llegó el viernes y con él más casas para limpiar, pero al menos acompañada. Yoli y yo hemos hecho un buen “mochos team”. Al final por horas no nos compensó el trabajo pero al menos echamos nuestras risas, y nos han hecho fijas en una casa de una pareja de muchachos muy apañados. Lo importante a señalar fue el doblar 40 camisetas blancas y 20 negras, juro que no exagero. Entre eso y la odisea que montamos para comprar un producto de limpieza… era un “carpet cleaner” y el chiquito del supermercado me pedía el carnet de conducir y solo le valía el australiano, yo no cabía en mí del asombro, preguntándole que por qué era necesario si solo quería el producto y el erre que erre con el carnet, intentamos que algún australiano nos lo comprase pero no querían dar sus datos (razonable), al final resultó que el chiquito entendió que queríamos alquilar la máquina y por eso nos pedía la documentación pero yo no se qué parte no entendió de “liquid carpet cleaner”, como le dije al muchacho “esto en el Coles no pasa”. Que tiemble Australia el día que Mercadona llegue. 

Sábado sabadete, otra casa para limpiar, la de un francés súper majo, me invitó a café, me puso música para limpiar y cuando estaba en el salón me puso TVE, pude ver el temporal que está arrasando mi Cai. Ese mismo día se hizo oficial que Cho vende la casa, tenemos cerca de cuatro meses para encontrar otra, justo cuando por fin me medio consigo asentar… 

Pero ninguna noticia me iba a quitar a mi las ganas de salir al Mardi Gras, el primer orgullo al que iba y en Sydney! Fuimos a casa de un amigo a beber y a eso de las siete y pico fuimos a ver el desfile, pero de desfile poco, había como 400 carrozas y todas pasaban como si de Fast and Furious se tratara… Ese mismo día, esa misma tarde/noche me pasó una de las cosas más bonitas que me ha pasado nunca, estaba hablando con mi compi de casa cuando sin querer se me cayó el anillo de mi madre al césped (anillo al cual le tengo mucho cariño y raro es el día que no me lo ponga). Total que empezamos a buscarlo y no lo encontrábamos, me entró mucho agobio que hasta terminé llorando, de repente alzo la vista y me veo a cerca de 20 personas desconocidas buscando mi anillo, hice el intento de decirles que no se preocuparan, que se fueran de party que ya lo buscaba yo, pero querían ayudar, finalmente María lo encontró, le debo la vida, prometo hacerle una tortilla y lo que haga falta. Ese momento de tener el anillo y cerca de 20 personas celebrándolo conmigo, dándonos abrazos, fue mágico. 

Aun así no todo va a ser bueno, mi querido y amado Art se ha mudado de casa esta semana, de momento está cerquita pero llegar a casa y que no esté proponiendo planes se me va a hacer raro. Voy a echarlo mucho de menos, pero que ni se le pase por la cabeza que se va a deshacer de mí tan fácilmente. Tiene que seguir llevándome a sitios de comer y enseñarme a hacer Pad Thai.